La leyenda mexicana que da origen al Día de Muertos y a la manera en la que México ve a la muerte es la historia del Mictlán, el inframundo de las culturas prehispánicas.
Mucho antes de que los conquistadores llegaran a tierras mexicanas, los pueblos indígenas tenían su propia manera de interpretar el mundo, la vida y la muerte. La leyenda del Mictlán es parte de la cosmogonía del México antiguo y da respuesta a preguntas que rondan la cabeza del ser humano desde siempre: ¿Qué pasa cuando morimos? ¿Hay vida después de la muerte? ¿a dónde vamos al morir?
Según esta leyenda mexicana, el Mictlán es el lugar del descanso eterno para las almas de quienes se nos han adelantado en el camino y fue creado por los dioses.
Para llegar al Mictlán se tiene que atravesar por 9 niveles que van descendiendo de manera vertical en el espacio y el tiempo.
Después de un viaje de 4 años atravesando obstáculos que miden la fortaleza de nuestro espíritu, encontramos las puertas del Mictlán, en donde nos reciben el señor de la muerte Mictlantecuhtli y la diosa Mictlancihuatl.
¿Por qué 4 años? Para los mexicas la muerte no es súbita, es una transformación gradual.
4 años es el tiempo en el que un cuerpo tarda en descomponerse. En las culturas prehispánicas se acostumbraba mantener los cuerpos de los fallecidos cerca hasta convertirse en huesos, signo de que han llegado a su destino.